El Tendero Shen pensó que el té actual no valía mucho y no pasaría nada por darle algunas libras de hojas de té al Maestro Xu para experimentar.
—Todo —respondió Wei Ruo.
—¿Todo... todo? —El Tendero Shen miró sorprendido.
—Sí. Más precisamente, dejar tantas hojas de té sin procesar como se puedan almacenar. Si no hay suficientes cestas o espacio suficiente para almacenamiento, entonces no se puede hacer nada —dijo Wei Ruo.
—Esto... —El Tendero Shen tenía una expresión complicada en su rostro.
Dejar todo sin procesar significaría una pérdida significativa de plata.
—No hay problema, puedes ir a preguntarle a tu maestro primero. Solo haremos esto después de que él esté de acuerdo —sugirió Wei Ruo.
—Maestro Xu, permítame un momento mientras consulto a mi maestro —dijo el Tendero Shen.
—Está bien, no hay prisa por ahora. Continúa acompañándome mientras miro alrededor. Después de que termine, puedes ir a buscar a tu maestro —sugirió Wei Ruo.
