—Ayudé a un anciano antes y él me lo regaló —respondió Wei Ruo.
—¿Un anciano? ¿Podría ser el creador de este vino de tomillo al que usted asistió? —conjeturó Lu Yuhong.
Había muchas historias sobre los orígenes del Tomillo en la ciudad. Una de ellas sugería que era elaborado por un viejo ermitaño que vivía en las montañas, con cada frasco una preciada cerveza, envejecida durante muchos años.
Sin embargo, dado que el anciano solía guardar solo dos frascos al día, ahora solo se venden dos frascos diariamente.
—No estoy segura de eso; la ciudad no había comenzado a vender Tomillo cuando conseguí este vino —respondió Wei Ruo.
Se rumoreaba que Wei Ruo había difundido estas historias para agregar un aire de misterio al Tomillo, lo que no solo despertó la curiosidad de aquellos que nunca habían probado este vino antes, sino que también hizo que la gente estuviera dispuesta a pagar un alto precio por él.