Wei Ruo también respondió con una sonrisa:
— Señor Fan, qué casualidad.
—En efecto, es una coincidencia. Planeaba visitar la finca del Hermano Heyou para discutir algunos asuntos en los próximos días, pero ya que nos encontramos hoy, ¿por qué no nos sentamos a charlar? —el interés de Fan Chengxu en Wei Ruo superaba su interés en la granja que estaba en venta.
—Claro.
Wei Ruo aceptó y se giró para instruir a Xiumei que siguiera con su carruaje, después siguió a Fan Chengxu hacia su carruaje.
A diferencia de Wei Ruo y Xiumei, quienes viajaban ligeramente, Fan Chengxu siempre hacía una gran exhibición de las cosas, incluso cuando simplemente salía, con varios asistentes que le servían.
Además, su carruaje era significativamente más grande que el de Wei Ruo. Espacioso por dentro, estaba arreglado con una mesa y refrigerios.
Después de que Wei Ruo se acomodó, Fan Chengxu le sirvió una taza de té.
