Aún no ha sido prometida y si los comentarios de Xiu Yaojun de alguna manera comprometen su reputación, no auguraría nada bueno.
Así que, delante de todos, Wei Ruo dejó claro que ella y el hijo de la familia Xiu no estaban comprometidos, y que los comentarios de Xiu Yaojun eran simplemente una broma.
Aunque Wei Ruo no tenía intención de casarse con una familia prestigiosa, no quería cargar con una reputación inmerecida.
—¿Cómo que hablé imprudentemente? Todo lo que dije era cierto. ¿O podría ser que estar comprometida con mi hermano es una molestia para ti? —Xiu Yaojun estaba algo descontenta.
—El matrimonio no es un juego de niños. Sin el intercambio de regalos de compromiso o consultas formales, no puede considerarse un compromiso. Las bromas de los mayores no deben tomarse en serio —dijo Wei Ruo con calma.
La cara de Xiu Yaojun se oscureció instantáneamente, sintiéndose ofendida.
Al ver la expresión sombría de Xiu Yaojun, todos los demás se atrevieron a no hablar más.
