—Los dos soldados miraron a An Yi por un momento —dijo uno de ellos con calma—. El Maestro no se encuentra en la mansión en este momento. Por favor, vuelva más tarde.
—Al oír esto, los ojos del Emperador Yong'an se iluminaron —se acercó al soldado que acababa de hablar y preguntó:
— ¿Hermano, está en casa la prometida de A Quan?
—Cuando los soldados lo escucharon dirigirse a Xuan Ruiquan de manera tan íntima, supieron que el joven y apuesto hombre frente a ellos era el emperador actualmente en el poder del Imperio Xia.
—Sin embargo, sus expresiones permanecieron iguales, y uno de ellos dijo :
— Su Majestad, por favor regrese. El Maestro dijo que no estamos recibiendo visitas ahora.
—An Yi estaba enojado y quería regañar a los soldados, pero el Emperador Yong'an levantó la mano para detenerlo. An Yi se sintió indignado y dijo :
— Maestro, son groseros contigo. No puedes dejarlos ir sin castigo.
—El Emperador Yong'an sonrió y dijo con calma :