Dicho esto, sin importar si la anciana doncella la invitó o no, ella recogió su vestido y cruzó el umbral, dirigiéndose hacia el patio oriental de la Princesa Heredera.
La Princesa Heredera estaba arrodillada en el cojín en el Pabellón Cálido, transcribiendo escrituras budistas.
—Oh, querida cuñada, ¿qué estás haciendo? —La Princesa Rui levantó las cejas y entró.
—¡Princesa Rui!
—Retrocede.
Una criada del palacio intentó detener a la Princesa Rui, pero fue ordenada retraerse por la Princesa Heredera.
La criada del palacio obedeció y se retrasó.
La Princesa Rui se sentó en un cojín de esparto frente a ella.
Lady Xu no se atrevió a seguirla, estaba esperando fuera de la puerta con las ancianas doncellas y las criadas del palacio del Palacio del Este.
La Princesa Heredera suavemente dejó su pincel y miró calmadamente a la Princesa Rui —Me pregunto qué trae a la Princesa Rui a verme hoy.