Xiao Liulang estaba cautivado por su mirada descarada, sus ojos algo bajos. Primero colocó la comida en la mesa, luego fue a buscar el pequeño escritorio que normalmente usaba para hacer tareas en la cama.
Colocó la mesa delante de ella y organizó el tazón, los palillos y la sopa.
Su dieta era bastante insípida ya que estaba recuperándose.
Mirando la comida sin color, Xiao Liulang dudó un momento. —Si es demasiado insípido, puedo conseguirte algunos vegetales encurtidos —sugirió.
Gu Jiao no respondió, solo mantuvo los ojos bien abiertos, observándolo intensamente.
—¿Qué pasa? —preguntó Xiao Liulang.
—¿No te da miedo? —preguntó Gu Jiao.
—¿Miedo de qué? —Xiao Liulang estaba confundido.
Gu Jiao fijó su mirada en él en silencio:
—¿No tenías miedo de quedar atrapado allí abajo, sin poder salir nunca?
La situación en ese momento era realmente grave.
No grave en el sentido de que ella fuera víctima, sino el peligro inminente de que el lugar se derrumbara en cualquier momento.