Un destello de decepción brilló en los ojos de He. Miró en la dirección del carruaje —¿Jin Yu no vino?
Yao frunció el ceño ligeramente.
Jin Yu, Jin Yu, Jiaojiao estaba parada frente a ella, ¿no podía saludar primero a Jiaojiao?
Gu Jiao estaba muy tranquila, tampoco saludó a He, pasó directamente por su lado y alcanzó a Xiaojingkong, que estaba admirando los leones de piedra delante.
Yao Yuan le lanzó una mirada fulminante a He.
He curvó los labios —¿por qué no podía preguntar? Si no había venido, ¿no estaba permitido preguntar?
He miró a Gu Yan de nuevo y dijo con una sonrisa —¿Este es Yanyan?
Gu Yan: Jaja.
No saludó a su hermana, ¡ni él la saludaría a ella!
Sin siquiera mirar a He, Gu Yan avanzó con paso firme para encontrar a Gu Jiao y a Xiaojingkong.
Yao Yuan y He se sintieron incómodos.
Yao Yuan no trataba a nadie de manera diferente, pero no esperaba que su esposa reaccionara de esa manera.
