Gu Jiao se lo entregó y él preguntó:
—¿Qué tipo de herramientas de hierro quieres encargar? ¿Cuántas?
Gu Jiao le pasó la lista.
Él se la entregó al cochero:
—¡Llevarás esto a la tienda de hierro más tarde y lo conseguirás hecho!
—¡Sí! —El cochero tomó los documentos y la lista.
—Hablemos en el carruaje —dijo el segundo tendero a Gu Jiao.
Gu Jiao subió al carruaje con él.
—Primero, vayamos a Sala Huichun —ordenó el segundo tendero al cochero.
El cochero asintió y puso en marcha el carruaje de caballos con un látigo.
Primero dejaría a los dos en el salón médico, luego iría a la tienda de hierro.
El segundo tendero se secó el sudor de la frente y suspiró:
—Ha aparecido un paciente. Bastante complicado. No te habría molestado si pudiera manejarlo yo solo. Ahora te debo un favor.
Gu Jiao hizo una pausa antes de decir:
—Está bien. Considera esto mi consulta para este mes.
El segundo tendero se quedó atónito:
—¿Eh? ¿Ya no vas a ir a la casa del Joven Maestro Gu?