Ambos solían levantarse alrededor de las cinco de la mañana para cocinar, pero habiéndose acostado tan temprano anoche, no esperaban dormir tan profundamente.
Después de llamar por un rato, Zhou Lanfang simplemente se dio la vuelta y continuó durmiendo, sin mostrar ninguna intención de levantarse.
Cuando Shen Jianhua escuchó ruido de la habitación contigua, francamente se dio por vencido en despertar a Zhou Lanfang. Al abrir la puerta, vio a Zhou Siyu con una expresión ansiosa.
—Tío, ¿por qué sigues durmiendo? —justo estaba a punto de tocar.
—Tu tía debe estar agotada por estos últimos días —dijo Shen Jianhua, sin tener el corazón para explicar demasiado en ese momento—, ¿Dónde está tu hermana?
—Mi hermana se está peinando en la habitación.
