Con la intervención de Lin Jiaxin, la severidad de la relación fue firmemente decidida. El anciano del pueblo intentó disuadirlos, pero sin éxito. Suspiró, mandó a su hijo por papel y pincel, y escribió la carta para documentar la separación de lazos. Miembros de la Familia Lin y Lin Jiaxin firmaron sus nombres y estamparon sus huellas en ella. Dado que las familias ya se habían separado, no era necesario discutir más sobre propiedades o terrenos. Desde este día en adelante, ambas familias vivirían y morirían sin tener nada que ver una con la otra. Incluso si Lin Jianling y su esposa fallecieran, Lin Jiaxin no tendría que pagar ni un solo centavo, dejando los arreglos funerarios exclusivamente a los hermanos Lin Jiazhong y Lin Jiaxiao.