Lin Yuan arrojó no tofu, ¡sino plata!
Lan Hua abrió la boca, pero no dijo nada, porque sabía que, con el carácter de Lin Yuan, era capaz de tales acciones.
Todas las demás mujeres trabajadoras miraban con angustia el tofu en el suelo o a Lin Yuan con miedo; en cualquier caso, habían decidido en sus corazones que en el futuro, definitivamente no tocarían ese tofu. No solo tofu, sino que todo en la cocina debe manejarse correctamente, sin errores.
Lin Yuan vio las expresiones de todos en la sala, sintiéndose secretamente satisfecha. Bueno, la demostración de hoy de matar a la gallina para asustar a los monos resultó ser bastante exitosa.
—Lan Hua, ve y notifica al Encargado Zhou, liquida sus salarios hasta hoy,