Los árboles frutales de Pueblo de Piedra habían sido todos plantados, y cada pocos días Yang Mengchen iba a verlos, sugiriendo que plantaran verduras, cacahuetes y frijoles en los espacios entre los árboles. Después de la cosecha, podrían venderle los productos, lo que también ayudaría a los aldeanos a complementar sus ingresos familiares. Por esto, la gente de Pueblo de Piedra estaba profundamente agradecida.
Una tarde, después de terminar su práctica, Weichi Kong les dijo a los Hermanos Yang que se marcharía por un tiempo.
—¿Adónde va maestro? ¿Habrá peligro? ¿Cuándo regresarás a casa?
La noticia llegó tan abruptamente que no solo Yang Chengxuan se sorprendió y reacio a dejar ir a su maestro, sino que Yang Mengchen y sus hermanos también se sintieron inesperadamente desanimados al verlo partir.