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Los aldeanos, llenos de curiosidad, se abstuvieron de mirar después de atender las advertencias del jefe de la aldea y de Lizheng hoy.
—Bien —el Viejo Hai estaba claramente satisfecho y dividió a los niños en ocho grupos según sus edades antes de dirigirse a Yang Mengchen—. Niña, sigue con tus asuntos, pero recuerda hacer un almuerzo generoso.
Yang Mengchen sonrió y respondió, murmurando para sí misma que aquí había otro amante de la comida, no es de extrañar que el Viejo Hai y el Tercer Hermano Luo se llevaran bien.
Caminando tranquilamente a la izquierda de Yang Mengchen, Long Xuanmo dijo:
—Srta. Yang, el Viejo Hai mencionó que su segundo hermano tiene un gran talento militar. Planeo asignarlo al Ejército Huwei. Allí, el General Ye es mi hombre. Es valiente, habilidoso en batalla e incorruptible. Mo Feng también está allí, así que su hermano definitivamente estará seguro. ¿Qué opina?
