Lu Jingyi miraba a Meng Yunhan sin hablar, simplemente observando.
Sin embargo, Meng Yunhan aceptó su escrutinio sin problemas.
Si mirar unas cuantas veces le fuese a pelar la piel, tampoco tendría miedo.
Una política de si el enemigo no se mueve, yo tampoco.
Finalmente, Lu Jingyi habló —No eres tan bonita como yo.
La cara de Meng Yunhan estaba sin maquillar, pero debido a su juventud y autocuidado subconsciente, su tez era sonrosada y radiante.
Por otro lado, Lu Jingyi pintaba sus cejas y labios. Honestamente, en esta era, las cejas demasiado marcadas realmente no se veían bien.
En cuanto al labial, no había una infinidad de tonos para elegir, solo colores sencillos.
El labial que llevaba Lu Jingyi era rojo.
Este detalle técnico convertía sus pequeños labios de cereza en algo parecido a una boca ancha y desproporcionada, disminuyendo significativamente su atractivo.
