Justo como había hecho su hermano mayor.
De ahora en adelante, solo eran hermanos de nombre, el lazo entre ellos desaparecido.
—Eso es bueno, eso es bueno.
Teniendo a su hija, yerno y nietos cerca, no había nada más satisfactorio para el anciano Zhao.
Los demás lo creían un tonto, pero solo él conocía la verdad.
Vivir solo en una casa grande se sentía solitario y desolado, pero ahora estaba lleno de vida, risas y lágrimas. Estos eran los momentos que hacían que la vida valiera la pena.
Meng Yunhan notó su regreso y vio que el ánimo de Yun Hao estaba mucho mejor que antes.
—Mi querida esposa.
Meng Yunhan estaba confundida mientras Yun Hao la abrazaba. Desde que despertó, Yun Hao había sido más expresivo, más comunicativo.
Ella no tuvo más opción que ajustarse gradualmente a este cambio.
Era como si se hubiera convertido en una persona diferente.
—¿Qué sucede? —la voz suave de Meng Yunhan resonó.