—¡Alfa! Hay una mujer muy enojada acompañada de un hombre, aquí para verte. Dice que es la hermana de Nissa. ¿Qué se debe hacer? —dijo el guerrero centinela muy confundido que estaba apostado hacia la frontera norte habló en un tono incierto.
La frente de Siroos se frunció en perplejidad.
—¿Cabello negro o cabello castaño claro? ¿Alta o baja? —interrogó a través del enlace mental mientras mantenía su brazo alrededor de Cassandra y ajustaba la posición de la daga en su mano.
—Ella es bastante baja y tiene cabello castaño claro —respondió el guerrero y los labios de Siroos se curvaron en una astuta sonrisa.
—Llévala a la Morada, llévala a la cámara de invitados y haz que se sienta cómoda. Vamos para allá —ordenó Siroos, cerrando el enlace mental y quitándole la daga de la mano a Cassandra.
Cassandra se giró bruscamente para mirarlo confundida y él la atrajo hacia adelante para que sus suaves pechos se aplastaran contra los suyos duros.