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Haylia retiró sus manos de Cassandra. Había una chispa en la forma en que había hablado.
Lana trajo gachas de dátiles para Cassandra y las colocó frente a ella. Haylia hizo un gesto con la mano para que se fuera. Miró con cautela a Cassandra, quien parecía apenas mantenerse por esta conversación brutal.
Abriendo el vínculo mental, envió un mensaje a Ranon mientras se alejaba.
—Una mujer siempre debe desear lo mejor para su hombre. El niño también será tuyo. Puedes criarlo como si fuera tuyo. Entonces, ¿quieres que él se quede sin un heredero? —preguntó Haylia con temor rezumando de sus palabras.
Cassandra no podía creer lo fácilmente que Haylia estaba sugiriendo que debería permitir que Siroos cometiese adulterio y produjera un heredero con otra persona.
—No es mi decisión. Tu hijo tomará la que él considere correcta, como ha hecho con todas las demás —respondió dolorosamente Cassandra, intentando aliviar el dolor desgarrador que las palabras de Haylia le estaban causando.