La cena fue un evento alegre. La manada celebró hasta altas horas de la noche. El vino y la cerveza fluían libremente en jarras y copas.
Los hombres presumían del número de Anmiks que habían matado. Faris se quejaba de cómo Ranon había hecho trampa, pero Ranon estaba convencido de que había ganado limpiamente; los corazones que había traído de vuelta eran la clara evidencia.
Incluso Tara anunció que había vencido a Faris, lo que causó bastante conmoción.
Cassandra mantenía una sonrisa educada, sentada al lado izquierdo de Siroos en su lugar designado. Su temperatura había bajado después de que Lana le había rogado que tomara medicina.
Los miembros de la manada le traían todo tipo de regalos ya que no pudo asistir a la fiesta de ayer donde habían planeado presentarle diferentes ofrendas. Desde vestidos, joyas, flores, perfumes, aceites exóticos y frutas hasta armas.
Cassandra agradeció graciosamente a todos por su hospitalidad y aceptó cada regalo con un asentimiento educado.