Después de una buena noche de descanso, todos se sintieron renovados y sus energías se habían repuesto.
Siroos se transformó, listo para llevar a sus compañeros.
—Aguántenme fuerte. En caso de que alguien caiga, Aiko usa tu portal —instruyó claramente el Nacido al Anochecer.
—Eso no fue nada ominoso, sabía que serías desagradable —respondió Faris con un movimiento de su lengua y ojos.
—Solo estoy planteando todas las posibilidades, tenemos que estar preparados para cualquier cosa en estas tierras —declaró el Nacido al Anochecer.
Razial ayudó a Lotus a subirse encima del dragón. Faris hizo lo mismo con Aiko y se subió detrás de su compañera. Cassandra tomó la posición delantera.
—Pensaba que sería rudo pero no está tan mal —comentó Lotus mientras se sentaba y trataba de estar cómoda.
—¿Están todos listos? —preguntó el Nacido al Anochecer. Cassandra echó un vistazo atrás y todos le dieron un pulgar hacia arriba.
—Estamos listos, salgamos.