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La noche pasó sin incidentes. Aparte de unos pocos animales curiosos, nadie los interrumpió. Razial despertó al amanecer y tomó el relevo de la vigilia de Siroos. Permitiéndole dormir una hora más con Cassandra aún a salvo en sus brazos.
Princesa Lotus despertó cuando los pájaros comenzaron a cantar. Miró a su alrededor y encontró a Aiko acurrucada cerca de ella. Ajustó la manta de lana alrededor de la joven para que no tuviera frío.
Quitándose su propia manta, Lotus se envolvió en su abrigo y salió del carruaje, llevándose su manta consigo. Abrió cuidadosamente la puerta para que no chirriara y despertara a Aiko.
Una ráfaga de viento frío la recibió y sus dientes castañetearon. Afortunadamente, no estaba nevando.
Los ojos de Razial se desplazaron hacia Lotus mientras ella caminaba silenciosamente hacia él. Era temprano y hacía frío, pero a él no le afectaba. Verla le brindaba aún más calor.