Para este mes, ya era abril.
Todos los eruditos que habían participado en el examen del palacio habían sido convocados al Palacio Imperial, esperando que el Emperador decretase sus clasificaciones finales.
Excepto por un muy pequeño número de individuos, estos eruditos estaban sumamente nerviosos.
Además de su nerviosismo, la Ciudad Imperial entera, junto con los burócratas, había abierto una piscina de apuestas.
—Gran Tutor, ¿he oído que usted también ha realizado una apuesta? —preguntó un dignatario al ver al Gran Tutor—. ¿En quién ha apostado para el primer puesto de la primera categoría?
El Gran Tutor no mostró vergüenza, —El cuarto joven maestro de la Residencia Ye, Ye Shaohua.
El Gran Tutor era la persona más instruida en toda la corte.
Como examinador de los exámenes metropolitanos y del palacio, sus palabras sugerían que este cuarto joven maestro debía ser verdaderamente extraordinariamente talentoso.
Los oficiales a su alrededor albergaban sus propios pensamientos.
