La energía maligna en ese momento casi explotó en el aire.
—¿Pediría tu ayuda? —dijo la segunda dama con una burla—. ¡Sigue soñando, no te pediría ayuda ni en mi próxima vida!
La segunda dama quería decir más.
Pero estaba tan asustada por la desafiante actitud siniestra de Ye Shaohua en ese momento que, aunque hablaba con dureza, ya no se atrevió a hablar en voz alta.
Sin embargo, cuando giró la cabeza y vio a la primera dama mirando a Ye Shaohua con una cara esperanzada, la segunda dama se burló en su interior. Si Ye Shaohua realmente lograba salvar a Bai Ziyun, ¡eso sería realmente un espectáculo digno de ver!
—Primera dama, ¿tienes estas medicinas? —Debido a que el anciano que crió al anfitrión original era un agricultor de hierbas, ella sabía un poco sobre las medicinas en este mundo.
Mientras hablaba, enumeraba las hierbas necesarias.
