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Yuwen Jing sabía que Ye Shaohua siempre le había gustado; de lo contrario, no habría tomado una lesión por él.
Sin embargo, él la despreció por interponerse en ese golpe por él, creyendo que habría habido otros dispuestos a hacer lo mismo.
Aun así, ahora, al ver a Ye Shaohua en tal estado, se sentía algo desconcertado.
No ignoraba cuánto le había gustado Ye Shaohua en el pasado, dispuesta a salvarlo incluso arriesgando su estatus en el Palacio Imperial.
Por eso, cuando Ye Shaohua pronunció esas palabras, él no las creyó del todo.
Pensando en esto, miró a Ye Shaohua con calidez —No te preocupes, el General Ye ha hecho tan grandes contribuciones. No te trataré injustamente. De ahora en adelante, serás la ama del Palacio Yuehua.
Pensó en cómo ya había perjudicado a la Familia Ye; aunque no le gustaba Ye Shaohua, su aversión hacia ella había disminuido algo.
