—El tío Ye tampoco habló en defensa de Ye Shaohua.
—Aunque sentía simpatía por la hija que había quedado huérfana desde pequeña y que estaba a punto de ser abandonada por la Familia Ye a su regreso, aún encontraba a la Señorita Tercera demasiado caprichosa.
—¿Debemos esperar a que la Señorita Tercera regrese antes de irnos? —preguntó el tío Ye.
—Esta vez, el Hermano Mayor Ye no lo complació, sino que simplemente sacudió la cabeza indiferentemente —No es necesario, que juegue si quiere, nos adheriremos a nuestro itinerario original, el traslado de las tumbas ancestrales no es un asunto menor, partiremos mañana por la mañana.
—Pero en cuanto a la Señorita Tercera... —el tío Ye frunció el ceño—, podría no regresar a tiempo con un cronograma tan ajustado.
—No tenemos que preocuparnos por ella —el Hermano Mayor Ye bajó los ojos, su expresión toda frialdad—. Dado que quiere jugar, que se divierta lo suficiente, solo dale la dirección de la Familia Ye y puede volver cuando quiera.