—Heh, sostén este documento. Después de leerlo, mándame una respuesta, Qingyi. No puedes abusar de este viejo, ¿de acuerdo? —Lun Boyan rió entre dientes, entregó el documento a Lu Qingyi con una sonrisa en su rostro, con la intención de complacerla.
Por supuesto que intentaba complacer. Si Lu Qingyi estaba contenta, su trabajo sería mucho más fácil.
—Este es tu trabajo —Lu Qingyi ojeó el documento y dijo con un tono lánguido.
—El viejo, es astuto —El viejo es astuto.
—Ves, soy tan viejo y frágil. Por favor, ayúdame —Lun Boyan suplicó con una sonrisa.
—Lu Qingyi: "..."
—¿Frágil?
—Ja, este viejo estaba en plena forma. No le pasaba nada.
—Gu Yansi: "..."
—Lu Jiahao: "..."
—Entonces, ¿qué está pasando ahora?
—Está bien, te lo enviaré por mensajería cuando esté listo —Lu Qingyi sopesó casualmente el archivo en su mano, luego asintió y entregó el archivo a Xu Boyan.
—¿Mensajería?
—Lun Boyan quedó un poco sorprendido. ¿No podría Lu Qingyi entregárselo en persona?