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En este momento, Xu Boyan está sentado en un café no muy lejos del apartamento, frente a él está Li Xiyi.
Li Xiyi, con su cabello largo y ondulado ahora teñido de rojo vino, llevaba un vestido escotado del mismo color. Removía el café en la mesa, tocándose levemente los labios, y no decía una palabra.
—Sr. Xu, usted no estará pensando en desviar sus afectos, ¿verdad?
Li Xiyi levantó la cabeza, cubriendo su boca levemente mientras hablaba. Había un encanto seductor en sus brillantes labios rojos al separarse y cerrarse.
Li Xiyi era una mujer coqueta, sensual hasta el punto de la promiscuidad.
Los ojos de Xu Boyan estaban fijos en su café. Removía el café en su mano, una fría y tenue sonrisa aparecía en la comisura de sus labios.
De hecho, Li Xiyi era una mujer atractiva, pero él no estaba interesado. La única que le interesaba era Lu Qingyi.
