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Tía Lin —¿No la reconoce?
Había pensado que Wen Wanyu y Yao Meishu debieron haberse encontrado, pero sorprendentemente no lo habían hecho.
—¿Cuántas personas hay en tu familia? —preguntó Wen Wanyu.
—¿Te refieres a cuántos miembros hay en la familia de la señora? —Tía Lin.
—Sí, eso es correcto —asintió y dijo Wen Wanyu.
—Oh, hay cinco... cuatro miembros en la familia de la señora, un hijo y una hija —Tía Lin soltó una risa forzada. Casi dijo cinco miembros.
Si Yao Meishu niega la existencia de Lu Qingyi, ¿qué pasaría si se le escapa ahora?
—¿Cuatro? —La mirada en los ojos de Wen Wanyu se volvió instantáneamente helada. Se llenó de una repentina ola de simpatía por la pobre chica.
—Ah, señora, ¿cómo debo dirigirme a usted? —Yao Meishu bajó de las escaleras, una sonrisa educada en su rostro y su voz llena de calidez.
Wen Wanyu levantó la vista y cuando vio a Yao Meishu, se sorprendió. Miró fijamente a Yao Meishu, sin parpadear.