Todos alababan a Ruan Qingyang por su belleza, talento, capacidad e inteligencia... Todas las felicitaciones eran para Ruan Qingyang, y ella era meramente un telón de fondo.
Siendo gemelas, las comparaciones eran inevitables.
Al ver a Ruan Qingyang recibir elogios de otros, no podía evitar sentir un oleada de celos y resentimiento hacia Ruan Qingyang.
Ella también quería ser feliz, pero realmente no podía hacerse sentir de esa manera.
—Qingyang me opaca. Cuando estoy con ella, siempre es la que más destaca, siempre la más llamativa. Jamás he sentido celos, en cambio me siento feliz de tenerla como mejor amiga —de repente habló Wen Wanyu. Mientras miraba a Yao Meishu, su expresión facial era inusualmente complicada.
Yao Meishu movió los labios, queriendo decir algo, pero cerró la boca al ver la expresión de Lu Yao.
—Tía Wen, cuando volvamos, ¿podrías enseñarme las fotos de mi madre? —Lu Qingyi miró a Wen Wanyu, con una sonrisa gentil en su rostro.