Zhou Jiang estaba sentado en el medio de la habitación, su rostro lleno de ira. Años de batalla habían forjado su temperamento duro como el hierro, lo que no podía evitar intimidar a los demás.
—Hermano menor, ¿por qué has vuelto de repente? —Zhou Hai lanzó una mirada cautelosa a su hermano menor, pareciendo algo falto de confianza.
—Si no hubiera vuelto de repente, ¿habría sabido que mi hijo e hija ya no están? —Zhou Jiang golpeó la mesa con fuerza. Antes de ir al campo de batalla, había confiado el cuidado de sus dos hijos a su hermano mayor y su cuñada, prometiendo regresar después de tres meses. Pero debido a una lesión, su regreso se había retrasado medio año. Sin embargo, al volver, todo lo que encontró fueron dos pequeñas tablillas conmemorativas. ¿Cómo podría aceptar eso?