—Dilo otra vez, ¿qué tiene de malo eso? —Yang Baifu gritó, el cuello rígido—. ¿Estás intentando golpearme o qué?
—Si te atreves a lanzar barro, me atrevo a golpearte —la cara de Baixiang estaba enrojecida de ira, pero por primera vez se enfrentó al desprecio de su hermano mayor en desafío. En el pasado, habría bajado la cabeza en silencio.
—Ahora te creces... —Yang Baifu se levantó—. Ahora te atreves a responderle a tu cuarto hermano, eh...
—Heh —Baixiang también se levantó, su figura naturalmente alta potenciada por años de trabajo físico, dándole una fuerza considerable. Aunque cojeaba, seguía siendo medio cabeza más alto que Yang Baifu—. ¿Cuándo has mostrado tú respeto hacia tus mayores?
—Tú... —Yang Baifu, enfurecido, levantó la mano para golpear.
—Baixiang, no queriendo ser menos, agarró el brazo de su hermano y lo miró fijamente con ojos furiosos.
De repente, Yang Baifu se sintió algo culpable; sabía que realmente no podía ganar en una pelea contra su hermano.
