```
—Gu Qingheng —Yang Ruxin se apresuró hacia adelante, las comisuras de su boca se levantaban inconscientemente—. He adoptado un hermano menor...
—Gu Yao curvó sus labios y no pudo evitar murmurar:
— ¿Estás adicta a recoger callejeros, no?
—¿Qué has dicho? —Yang Ruxin levantó la vista.
—Nada —Gu Yao sacudió la cabeza.
Yang Ruxin no pudo evitar lanzarle una mirada de desdén a Gu Yao y luego se volvió hacia Gu Qingheng —Este también es un niño digno de lástima, el que te conté la última vez, que me compró almizcle fresco...
—Gu Qingheng sonrió: