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—A lo largo de la historia, se ha dicho que uno no puede encarnar plenamente tanto la lealtad como la piedad filial, que es probablemente a lo que esto se refiere. Pero Dayu es diferente a los demás. La inundación había sido desenfrenada por tantos años—¿no podría haberse tomado ni siquiera un cuarto de hora cuando pasó por su propia casa? No olvides, la primera vez que pasó por su casa, su esposa estaba dando a luz, tambaleándose al filo de la vida y la muerte como si estuviera en la Puerta Fantasma. Un contratiempo, y probablemente habría muerto, sin embargo, él ni siquiera fue a verla una vez. Esto solo muestra que su corazón era cruel... —Yang Ruxin hizo un gesto con la mano—. Así que, puedes seguir su ejemplo de ser observador y dedicado, pero no imites la parte egoísta e indiferente de él...
—Pero... —Zhou Xiao tragó con dificultad—, pero si la Corte Imperial nos ordena ir a la guerra y no podemos regresar a casa, entonces...
