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—¿Acaso necesito preguntarlo? —la Familia Feng miró a Gu Yao—. Por supuesto que no podemos interferir.
—Madre, ¿estás segura?
—Cierta —asintió la Familia Feng—. He visto suficiente estos últimos días para saber que Ruxin es una buena chica. Aunque la carga es pesada, los más jóvenes son todos muy sensatos y obedientes. Ella misma es capaz. Puesto que nuestro joven maestro mayor ha puesto su corazón en ella, debemos hacer lo mismo. Ahora ella es la joven señora mayor. Se detuvo, luego de repente sonrió —Si pudieran llegar a eso un poco antes, quién sabe, quizá tengamos a un pequeño maestro en nuestros brazos antes de mucho tiempo. Entonces la señora podría estar sonriéndonos desde abajo...
—Madre, lo has dicho tú, así que si eso sucede... —Gu Yao se sonrojó— entonces yo no me involucraré.