Yang Baihe pensó que después de sus palabras, la otra parte definitivamente se conmovería hasta las lágrimas. Pero, ¿por qué había sido rechazada? Y por poco además, casi le cierran la puerta en la cara. De pronto enfurecida, comenzó a golpear la puerta furiosamente, —Yang Dani, pequeña pícara, ¿cómo puedes ser tan ingrata? ¡Sal aquí....!
No hubo respuesta desde dentro de la habitación.
Sin embargo, justo cuando Yang Baihe estaba a punto de enloquecer, Yang Ruxin abrió de nuevo la puerta, aún sonriendo, —Tía pequeña, ¿por qué estás tan enojada? Enojarse puede dañar tu hígado e incluso causarte arrugas....
Los ojos de Yang Baihe se abrieron tanto como si hubiera visto un fantasma. ¿Era realmente su sobrina?
—Como Erni disfruta de comida y bebida deliciosa contigo, por supuesto, espero que se vaya, pero no puede ir por nada, ¿verdad? ¿Qué tal si me das algo de plata primero? Mi madre necesita varios taeles de plata cada mes solo para su medicina....
