Cuatro piezas de carne, Yang Ruxin las había agarrado de acuerdo al número de sus hermanos y hermanas menores.
Al ver al hermanito y a la hermanita así, tanto Erni como Sanni se sentían incómodas por comerse las rebanadas de carne.
—No me gusta la carne —dijo Sanni, metiendo un pedazo de patata en su boca.
—Una pieza para cada uno —ordenó Yang Ruxin con autoridad—. Solo comiendo bien y manteniéndonos saludables podemos seguir a la hermana mayor y ganar mucho dinero... —Diciendo esto, ella directamente metió las rebanadas de carne en las bocas de Sini y Yang Rufeng, luego miró a Erni y Sanni—. Ustedes dos no necesitan que les meta la comida en la boca, ¿verdad?
Erni quería decir algo, pero Sanni ya había agarrado la rebanada de carne:
—Está bien, comeré y luego te ayudaré a ganar dinero. —Luego se lo metió en la boca y masticó enérgicamente.
Erni tragó, incapaz de resistir la tentación de la rebanada de carne, y al final se la metió en la boca.