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—¿Qué parientes? Son meros... De todos modos, esa familia nunca ha tratado a nuestra familia como parientes. A partir de ahora, aunque los veas, no tienes que ser demasiado sincera con ellos, o definitivamente sufrirás una pérdida —el corazón de la señora Yang no estaba tranquilo cada vez que pensaba en su suegra en la ciudad y la familia de la casa principal. Quería quejarse, pero se contuvo frente a su propia nuera. Simplemente insinuó sutilmente para que la nuera estuviera alerta de la anciana y la familia de la casa principal. En cuanto a qué clase de personas eran, la nuera lo descubriría tarde o temprano. No había necesidad de que ella, como suegra, lo dijera abiertamente y pareciese mezquina.
