—¿Cómo te sientes, algún mareo? —Han Yu ni siquiera había terminado de preguntar cuando la tez de Su Wenyue comenzó a enrojecerse, su mirada algo turbia. Han Yu pensó que no hacía falta una respuesta, cualquiera con ojos podría ver que su nuera estaba ebria.
Su Wenyue había sobreestimado su tolerancia al alcohol. El antojo la había hecho olvidarse un tanto de sí misma. En su vida anterior, había sido una gran bebedora, conocida por su capacidad de beber mil copas sin emborracharse. Pero eso había sido en su vida pasada. El cuerpo que ahora habitaba apenas había tocado el alcohol. Una pequeña copa hubiera estado bien, pero no se detuvo después de una copa grande, y la bajó de un trago sin pausar para comer algo entre medio. Hubiera sido sorprendente si no estuviera borracha.