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Su Wenyue se enorgullecía de confiar en Han Yu, pero a veces, algunas cosas no eran tan simples como la confianza por sí sola. Cuando demasiados otros elementos se mezclaban, los pensamientos podían volverse complicados. En cierto modo, no era que Su Wenyue no confiara en Han Yu, sino que le faltaba confianza en su propio estatus en el corazón de él comparado con el de sus padres que lo criaron.
Xiao Xi vio que la cara de su señora parecía preocupada y se sintió algo inquieta. Había estado a su lado durante todo el asunto y estaba muy consciente de los detalles. La importancia de ambos su padres y su nuera la colocaba en un dilema. Estaba incierta sobre qué lado tomaría finalmente el amo, pero independientemente de lo que pensara por dentro, Xiao Xi tenía que aconsejar a Su Wenyue que se mantuviese calmada. No debía permitir que las emociones negativas afectaran al niño en su vientre. Presumiblemente, el amo también consideraría esto.
