—Abuela, no te angusties. Si vienen soldados, los bloquearemos con generales; si vienen inundaciones, construiremos diques con tierra. Nuestra señora no es tan fácilmente intimidada —Su Wenyue no temía a la esposa del magistrado general. Su única preocupación era el niño en su vientre que se volvía cada vez más agobiante con el paso de los meses, dificultándole moverse. Lo único que la esposa del magistrado general podía hacer era dificultarle las cosas en términos de etiqueta, algo inevitable, pero Su Wenyue estaba segura de que podía manejar el resto.