—Señorita, señorita, ¿está bien? —Xiao Xi se apresuró a acercarse, queriendo ayudar a Su Wenyue a levantarse pero temiendo que cualquier movimiento brusco pudiera empeorar su condición, se sintió momentáneamente perdida.
—Xiao Xi, me duele un poco el estómago, temo que la energía fetal pueda estar alterada. Sosténme y llévame de vuelta a la habitación, trata de moverte lo más suavemente posible. —Su Wenyue, al ver el pánico en Xiao Xi, intentó desesperadamente calmarse, instruyendo a Xiao Xi sobre qué hacer. De hecho, estaba muy preocupada, temiendo que algo pudiera sucederle al niño en su vientre, el niño que tanto había deseado. Pero en ese momento, Han Yu no estaba a su lado, y tenía que hacer el mayor esfuerzo posible para proteger al niño, sin mostrar ninguna debilidad.