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Tan pronto como Daohua entró por la Puerta Chuihua, Yan Wenqi y los otros cuatro encontraron difícil apartar la mirada de ella.
Vieron a Daohua, vestida con un chaleco cruzado bordado en azul cielo y ciruelo verde, una faja blanca bordada y una falda larga suave de color hueso con cuello redondo, caminando lentamente hacia ellos.
Con una sonrisa en su rostro como flores en flor y gestos elegantes, desprendía la elegancia y el porte de una familia distinguida.
—Escuché que había invitados en cuanto volví, dejadme ver, ¿quiénes son los invitados? Me pregunto si aún me recuerdan. —Antes de llegar al Pabellón del Agua, Daohua saludó a Yan Wenqi y a sus compañeros con una sonrisa.
Entre los cinco, Yan Wenyi era el que más familiaridad tenía con Daohua. En cuanto ella terminó de hablar, él sonrió y se adelantó:
—Por supuesto que te recordamos, pero me pregunto si todavía nos recuerdas a nosotros.
