—La plata es menor, la seguridad es mayor —dijo ella.
—Heh, ¿todavía estás preocupada de que alguien podría intentar hacerme daño?
—Teóricamente es imposible, pero ¿y si? Deberías ser más cuidadosa. Después de todo, ya te han secuestrado traficantes de personas antes —comentó con preocupación.
Al oír a Daohua sacar el pasado una vez más, Xiao Yeyang se quedó sin palabras —¿Todavía no puedes superarlo, verdad? No estoy diciendo que ahora sea algún tipo de experto de primera, pero sí tengo la habilidad de protegerme.
Mientras hablaba, hizo una pausa —No te preocupes, sé lo que estoy haciendo.
Al ver la sonrisa en el rostro de Xiao Yeyang, Daohua siempre sentía que pretendía estar tranquilo, pero como él no daba más explicaciones, no era su lugar preguntar más.
Este tipo, en realidad, le importaba mucho mantener las apariencias.
Después, los dos discutieron tranquilamente otros asuntos bajo la luminosa luz de la luna, creando una atmósfera especialmente tranquila y acogedora.