El carruaje de la familia Yan se dirigió directamente a las afueras del Condado de Linyi, sin demorarse demasiado en la ciudad en sí.
La ciudad del condado no era muy grande ni se podía considerar rica. Durante este tiempo, con Yan Wenkai liderando el camino, Daohua había explorado ya el condado a fondo, así que se comportó bastante bien en el camino.
Sin embargo, una vez que salieron de la puerta de la ciudad, Daohua no pudo esperar para levantar la cortina del carruaje, observando con impaciencia el paisaje exterior.
Ya era fines de octubre, y el clima se había vuelto muy frío. Una vez levantada la cortina, el viento frío sopló dentro del carruaje.
La señora Li, preocupada de que la Vieja Señora Yan y Daohua pudieran resfriarse, dijo rápidamente:
—Daohua, baja la cortina, ten cuidado de no enfriarte.
