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Li Zixuan y Li Zixin siguieron a Daohua hasta su patio, y a pesar de que era de noche, quedaron cautivadas por las flores y las plantas del jardín.
Rodeadas por una ligera fragancia en el aire, ambas no pudieron evitar tomar una profunda respiración.
—Prima, tu patio es realmente encantador —exclamó sinceramente Li Zixuan.
Daohua sonrió y dijo:
—Si les gusta, pueden quedarse algunos días más. —Con eso, las llevó hacia la casa principal.
Li Zixuan y Li Zixin la siguieron al interior y su primera impresión fue de amplitud y elegancia, con no demasiado mobiliario, y sin embargo, cada pieza exquisita.
En ese momento, Daohua se volvió hacia Guyu y Lixia para preguntar:
—¿Está listo el Pabellón Nuan?
Guyu respondió con una sonrisa:
—Ha estado listo desde la mañana, y todas las pertenencias de las señoritas ya han sido trasladadas allí.
