Annie estaba parada justo fuera del estudio, oculta a la vista, cuando escuchó las palabras de Liana. Al principio, su corazón se hundió, al escuchar a Liana hablar de ella como si fuera una carga, algo que estaba debilitando a Damien. Pero luego surgió la ira.
Regresó a la cocina y guardó los platos y comenzó a limpiar. Damien salió con su madre. Liana acarició el cabello de Ryan y le besó las mejillas. Asintió fríamente hacia Annie y luego se fue.
—Ven, Ryan, te voy a bañar —dijo Annie y agarró al niño.
Ignoró a Damien, que se quedó solo en la cocina.
Annie estaba arrodillada en el suelo, abotonando cuidadosamente la camisa de Ryan mientras él se retorcía y se reía. —Quédate quieto, Ryan —se rió ella, intentando estabilizarlo.