—Todo es por dinero
—Aliviados, todos exhalaron y dijeron: Así que de eso se trataba.
—¿Es realmente una buena cosa?
—¡Por supuesto que sí!
—Para el personal, recibir pago por horas extras sin tener que hacer mucho era como vivir la vida de los dioses.
—Vamos, invito a todos a unos bocadillos nocturnos. ¿Qué tal si pedimos algo de dim sum del restaurante de té estilo Guangdong que abrió abajo en el edificio de oficinas?
—Sí, sí, ¡dame una porción de dumplings de camarón cristal!
—¡Yo quiero siu mai!
El gerente, al ver a todos animarse, negó con la cabeza sonriendo, sus ojos involuntariamente echando un vistazo a la sala de transmisión en vivo de Ella y Regala. Sin embargo, fue precisamente esa mirada la que hizo que escupiera el sorbo de café que acababa de tomar.
—Santo cielo, ¿¡qué acaba de pasar?!
—Atónito.
—¿Qué pasa, qué pasa, Gerente?
—¿Qué ocurrió?
