—Entendido.
Mientras los dos cenaban, la Tía Zhang en la cocina escuchó su conversación y una expresión de preocupación cruzó su rostro.
Poco después, volvió a su habitación y realizó una llamada a Xu Qianyu.
—Tía Zhang, ¿qué sucede?
En ese momento, el edificio de la Corporación Du en el centro de la ciudad estaba brillantemente iluminado, muchos empleados con corbatas aún no habían dejado el trabajo.
Y Xu Qianyu, en este momento, estaba sentada en la oficina del CEO en el último piso, trabajando horas extras con su prometido.
—Señorita, la señora... ha acordado encontrarse con su hija, y el señor planea traer a la hija a casa para vivir con nosotros.
Incluso a través del teléfono, Xu Qianyu podía escuchar la urgencia en la voz de la Tía Zhang.
Ella miró a Du An que estaba leyendo documentos frente a ella, recordó los rumores sobre Tang Shu que había visto en el foro de la Universidad Médica, y frunció el ceño profundamente.
