Tang Shu sacudió la cámara en su mano, logrando de hecho la puntuación máxima en lógica.
Ya que era ella la que estaba siendo filmada, no había problema en absoluto.
El reportero se atragantó con estas palabras y, al ver sus movimientos casuales, una mirada de pánico apareció de nuevo en su rostro regordete.
—Señorita Tang, por favor tenga piedad, ¡tenga piedad! ¡Esta es mi cámara nueva! —Esa cosa era su sustento, valía más que varios meses de su sueldo. Realmente no podía permitirse que se rompiera.
Tang Shu lo miró, con mocos y lágrimas por todo su rostro, y se quedó sin palabras.
—Si le importa tanto, ¿por qué siempre la usa para propósitos equivocados? —Si no viniera a tomar fotos de ella, ¿no habría ningún problema, verdad?
—No, no, esta vez es diferente. Nuestra Agencia de Noticias Jiayu tiene la intención de promover a la Señorita Tang positivamente esta vez. Es solo que no tenemos fotos a mano... —Así que, había venido a espiarla.
