—¡Me interesa, me interesa! ¡Apenas hay oportunidades de ver montañas alrededor de la capital! —Los ojos de Xu Qianyun centelleaban de emoción, tan brillantes como una vela que de repente se enciende. —Entonces, ¿todo esto lo cazó el Tío Tang?
—¿Qué más? —Tang Shu sintió que la pregunta era un poco extraña. Con pieles tan hermosas, casi completamente intactas sin un rasguño, si no las había cazado ella misma, ¿podría ser que simplemente las recogió de la montaña?
—¡Guau~~~~~~
—¿Qué significa "guau"? —Hermana, ¿el Tío Tang parece grande y musculoso? —¿Es por eso que caza, y es por eso que su madre, siempre tan gentil, no le gustaba eso y eligió al Padre Tang, de apariencia más intelectual? —Al oír esto, Tang Shu se detuvo por un momento, con la imagen del Padre Tang automáticamente viniéndole a la mente. Describirlo como grande y musculoso sería quedarse corto. —Ya verás cuando tengas la oportunidad de conocerlo.